"Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote
grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un
sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que
ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. Cristo,
en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó
oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su
angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a
obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los
que le obedecen en autor de salvación eterna."
(Hb 4, 14-16; 5, 7-9)
"Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar.
Y los soldados trenzaron
una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y
le echaron por
encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:
S. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. «Mirad, os lo saco afuera,
S. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S. «Mirad, os lo saco afuera,
para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.»
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color purpúra. Pilato les dijo:
S. «Aquí lo tenéis.»
C. Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color purpúra. Pilato les dijo:
S. «Aquí lo tenéis.»
(Jn 18, 1-19. 42)
En el peligro invoqué al Señor,
y él me escuchó dándome un alivio.
El Señor está conmigo: no temeré;
¿qué podrán hacerme los hombres?
El Señor está conmigo y me ayuda...
Todos los paganos me rodearon,
pero yo los derroté en el nombre del Señor;
me rodearon por todas partes,
pero yo los derroté en el nombre del Señor;
me rodearon como avispas,
ardían como fuego en las espinas,
pero yo los derroté en el nombre del Señor.
Me empujaron con violencia para derribarme,
pero el Señor vino en mi ayuda.
El Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
Un grito de alegría y de
victoria
resuena en las carpas de los justos:
"La mano del Señor hace proezas,
la mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas".
No, no moriré:
viviré para publicar lo que hizo el Señor.
El Señor me castigó duramente,
pero no me entregó a la muerte.
resuena en las carpas de los justos:
"La mano del Señor hace proezas,
la mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas".
No, no moriré:
viviré para publicar lo que hizo el Señor.
El Señor me castigó duramente,
pero no me entregó a la muerte.
Yo te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor:
el Señor es Dios, y él nos ilumina.
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
(Salmo 118)
Enlázate
Meditaciones Vía Crucis del Coliseo 2013
de un grupo de jóvenes libaneses bajo la dirección del Cardenal Béchara Boutros Raï
Queridos hermanos y hermanas
Les doy las gracias por haber
participado tan numerosos en este momento de intensa oración. Y doy las
gracias también a todos los que se han unido a nosotros a través de los
medios de comunicación social, especialmente a las personas enfermas o
ancianas. No quiero añadir muchas palabras. En esta noche debe
permanecer sólo una palabra, que es la Cruz misma.
La Cruz de Jesús es
la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos
parece que Dios no responde al mal, que permanece en silencio. En
realidad Dios ha hablado, ha respondido, y su respuesta es la Cruz de
Cristo: una palabra que es amor, misericordia, perdón. Y también juicio:
Dios nos juzga amándonos. Si acojo su amor estoy salvado, si lo rechazo
me condeno, no por él, sino por mí mismo, porque Dios no condena, Él
sólo ama y salva. Queridos hermanos, la palabra de la Cruz es también la
respuesta de los cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y a
nuestro alrededor. Los cristianos deben responder al mal con el bien,
tomando sobre sí la Cruz, como Jesús. Esta noche hemos escuchado el
testimonio de nuestros hermanos del Líbano: son ellos que han compuesto
estas hermosas meditaciones y oraciones. Les agradecemos de corazón este
servicio y sobre todo el testimonio que nos dan. Lo hemos visto cuando
el Papa Benedicto fue al Líbano: hemos visto la belleza y la fuerza de
la comunión de los cristianos de aquella Tierra y de la amistad de
tantos hermanos musulmanes y muchos otros. Ha sido un signo para Oriente
Medio y para el mundo entero: un signo de esperanza. Continuemos este
Via Crucis en la vida de cada día. Caminemos juntos por la vía de la
Cruz, caminemos llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón.
Caminemos esperando la resurrección de Jesús.
Enlázate
Meditaciones Vía Crucis del Coliseo 2013
de un grupo de jóvenes libaneses bajo la dirección del Cardenal Béchara Boutros Raï
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